Crónicas reales – Manuel Mujica Laínez

Crónicas reales

Editorial Suramericana, 1967.

332 páginas.

 

 

De todas las formas de llegar a un libro, quizás la que más me gusta es cuando me lo recomiendan. Llegué a Manuel Mujica Laínez y a Crónicas reales, gracias a la recomendación de uno de mis mejores amigos, quien además nunca falla: libro que recomienda, libro que me marca.

La historia es más o menos así: un día, hablando de todo y de nada, este amigo me narró, de memoria, el cuento “Los navegantes” que hace parte del libro. La historia me pareció fascinante y el libro tenía más de esas. Lo compré de inmediato.

Manuel Mujica Laínez, a mi juicio, es un autor muy subvalorado en la literatura latinoamericana; obnubilados por los dioses del boom, pasamos de largo por Bomarzo, El gran teatro, o esta misma obra, Crónicas reales. No es menor: la maestría de Mujica Laínez está al mismo nivel de Borges, pero sin el mismo reconocimiento.

Crónicas reales es un libro de relatos que crean una mitología alrededor de una tierra ficticia a la cual gobiernan, seguidos unos de otros, eximios reyes, condes y príncipes que son parte de una estirpe signada por la ironía, el sarcasmo y la locura. Cada una de estas crónicas es delirante, con el agravante – nunca más preciso este adjetivo – de que están escritas por un cronista invisible que se lo toma como si fuera el heredero de los más importantes cronistas de indias. Quizás por esto cada historia se hace más delirante y las risas no faltarán.

 

Los ilustres gobernantes y sus familias, a veces felices, a veces agobiadas, tienen que lidiar con sus taras, pero también con sus ocurrencias, como aquel gobernante que saldó sin problemas el terrible sino de querer ser un acróbata y su vez tener que responder a sus deberes reales: entonces decidió gobernar como si su palacio fuese un circo de atracciones acrobáticas, impartiendo leyes y edictos desde la cuerda floja, manteniendo el equilibrio con cada maroma, mientras decidía sobre los asuntos fundamentales del reino. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. O no. Quién sabe. Es posible que, si la realidad nos enfrentara a la posibilidad de beber de dos hilos de agua, el de la Sabiduría y el de la Juventud, seguramente tendríamos el mismo destino hilarante del Caballero Lovro y su pandilla, que se excedieron lo suficiente como para comprobar que todo en exceso es malo, hata la Sabiduría y la Juventud…

 

 

No quiero dejar más pistas acá del libro, porque no me lo perdonará quien quiera leerlo. Sí quiero agregar que el estilo a medio camino entre los grandes textos decimonónicos y la frescura del que en su momento se llamó con tanta pompa “realismo mágico” constituyen el mayor talento de Mujica Laínez, el verdadero Alquimista, el único que logró encontrar la Piedra Filosofal… en la literatura.

2 comentarios en “Crónicas reales – Manuel Mujica Laínez”

  1. Mujica Laínez es uno de mis escritores amados. No he leído el libro que reseñas, lo voy a buscar. Sea una razón para volver.

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