Subrayados (de Diego)

Los otros subrayadores

Por: Diego Aristizábal


«Ahora imagino la posible correspondencia como una sumatoria de piedritas lanzadas por una cuesta»

29 cartas, autobiografía en silencio, Julio Paredes

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«Al amor y a la escritura se entregaba sin embargo con un estado de ánimo tan enfebrecido y tan calculado que nunca sabía reírse de ellos ni llegar a ser él mismo por completo.»

«En el fondo no tenía ninguna causa real para suicidarse. Pero compuso varios motivos y calculó su suma con una precisión fulminante, y los volvió a componer y volvió a ver, asintiendo con su sonrisa maligna, que el resultado era idéntico y por lo tanto exacto. Pensó incluso más allá de su vida, en nuestros días futuros, consideró cómo se comportaría la gente ante sus libros y su memoria. Observó más allá de la muerte, como los que aman la vida y no saben separarse de ella y que, aun pensando en la muerte, van imaginando no la muerte, sino la vida. Sin embargo él no amaba la vida, y aquel mirar suyo más allá de su propia muerte no era amor por la vida, sino un preparado cálculo de circunstancias, para que nada, ni siquiera después de muerto, pudiese cogerlo por sorpresa.»

 

Léxico familiar, Natalia Ginzburg

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«Me gusta estar plenamente centrado en mí o bien a completa disposición de otros; hablar o guardar silencio, pasear o permanecer sentado, ser sociable o solitario.»

Caminar, William Hazlitt

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«Lo malo de ser feliz es que hace que te entre el miedo»

Primer amor y otros pesares, de Harold Brodkey

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«No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos»

Una lectora nada común, de Alan Bennett

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“Hay que jugar con los libros; como se juega al corro o al escondite. Los libros cuentan historias para que podamos inventar otras distintas; y a veces se mezclan las historias reales con las de ficción: y ambas tienen la misma importancia”.

Si una mañana de verano un niño, de Roberto Cotroneo

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«Una carta la siento siempre como la inmortalidad, porque es la mente sola sin el amigo corporal»

Cartas poéticas e íntimas (1859-1886), de Emily Dickinson

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«En ciertas circunstancias, no basta la buena voluntad. En una ocasión, cuando todavía estaba en casa, había leído que con el tiempo y con el esfuerzo necesarios uno puede incluso acostumbrarse a vivir preso»

Sin destino, Imre Kertész

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«Lo había oído decir, y ahora también puedo dar fe de ello: es verdad que las paredes de la cárcel no pueden poner límites a nuestra imaginación. El único problema era si mi imaginación me llevaba tan lejos como para olvidarme de mis manos, porque entonces la realidad restablecía sus derechos de la manera más concreta y contundente»

Sin destino, Imre Kertész

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«Pobre del que pretenda aislar una parte del conocimiento del resto del saber… La ciencia es una: las lenguas, la historia y la literatura, la física, las matemáticas y la filosofía; las materias más alejadas en apariencia unas de otras, se encuentran en realidad relacionadas o, mejor dicho, forman todas ellas un solo sistema»

Hacia la estación de Finlandia, Edmund Wilson

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«Vivo porque es lo único que tengo. Ni siquiera la muerte tiene para mí ninguna promesa»

«Solo tengo dos verdaderos amigos inseparables en Cali: los libros y la música. Lo demás son adoraciones que no llegan al fondo de mi sensibilidad y se quedan en la superficie: ni me liberan de mí mismo, ni me acompañan»

Del libro Cartas a Aguirre (1953-1965)

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«Que yo sepa, cuanto más se conoce la gente, peor se lleva -dijo Sailor-. Es mejor que la gente siga sin conocerse. Así no desilusiona uno tan fácil»

Barry Gifford, La historia de Sailor y Lula

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«Obrar es ser humilde, y abstenerse de obrar suele, con harta frecuencia, ser soberbia»

Miguel de Unamuno, Sobre la soberbia

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«Tal vez no es necesario cargar con los sufrimientos de los demás, y es en el mismo instante en que, para evitarlos, buscamos la soledad»

August Strindberg, Solo

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«Una de las primeras tareas de la soledad es ajustar las propias cuentas y asimismo el pasado. Es un largo trabajo y todo un aprendizaje del dominio de sí. Cuando no resulta imposible, el estudio de sí es uno de los más instructivos. Con todo, a veces es necesario recurrir a un espejo y con más frecuencia a uno de mano, si uno quiere saber qué aspecto tiene la espalda»

August Strindberg, Solo

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«El libro es la valiosa materialización de una emoción, o la posibilidad de sentirla algún día, y separarse de él sería correr el riesgo de crear un grave vacío»
Jacques Bonnet, Bibliotecas llenas de fantasmas

 

2 comentarios en “Subrayados (de Diego)”

  1. Pingback: Subrayar | Laura García

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