Historia de dos Podcasts

 

Atemporal, Terrenal

Es una completa ironía lo que diré unas líneas más adelante, considerando que el texto al que más cariño le tengo y que más orgullo y alegrías me ha traído es una entrevista al patriarca de la radio colombiana, Juan Gossaín, pero no me gustan casi los podcasts. Lo digo en general, como formato no me atrae y ninguno de los muchísimos que existen ha logrado engancharme lo suficiente.

Hace un par de años recibí por accidente un enlace de YouTube que redirigía a una entrevista a Thierry Ways, a quien considero un tipo brillante y el mejor columnista de Colombia. Literalmente fue un accidente: alguien se equivocó de chat en Instagram y me envió el mensaje con el enlace a mí, pero no era yo la destinataria. Como era Thierry el entrevistado, no lo dudé y vi la entrevista completa. El director y conductor del programa es Andrés Acevedo y, para no desmerecer la capacidad de fidelización de Andrés, debo reconocer que si bien vi esa entrevista exclusivamente por Thierry, me llamó poderosamente la atención que el entrevistador tuviera la habilidad que considero más importante: saber escuchar. Así fui buscando más episodios, me enganché con la dinámica que propone Andrés y con su asertividad. Si lo escuchan, notarán que, en todas sus conversaciones, es el entrevistado quien habla el mayor porcentaje del tiempo y esto, lejos de quitarle protagonismo a quien entrevista, lo posiciona justamente como el centro del programa. Es esa sutileza de intervenir cuándo y cómo corresponde lo que consiguió que yo quisiera ver todas las entrevistas y esperar sin falta la entrega de cada semana. Sin embargo, a pesar de que Atemporal está en todas las plataformas, gran parte de mi interés surgió (y a la vez mi resistencia se venció) porque podía verlo en YouTube y no estaba obligada a escucharlo en Spotify, por ejemplo, o en Apple Podcasts.

Dentro de las muchas entrevistas que tiene Atemporal, llegué a una en la que Andrés conversa con otros dos tipos que, curiosamente, también se llaman Andrés: Andrés Mejía y Andrés Caro. La charla me pareció divertidísima, los tipos me parecieron geniales, y durante toda la conversación, entre broma y broma, Andrés Acevedo recomienda profusamente el podcast de sus entrevistados: Terrenal. La verdad es que, aunque me cayeron bien, yo no iba a ceder a mi resistencia de escuchar podcasts e ignoré completamente la recomendación, no sin antes concluir que, para tener un podcast, es requisito llamarse “Andrés”. Así continué siguiendo el trabajo de Atemporal, pero solo por YouTube e ignorando todas las alusiones y recomendaciones a otros podcasts, hasta que Andrés Acevedo volvió a entrevistar a sus tocayos. Y repitieron la recomendación. Esta vez sentí más curiosidad y decidí darle una oportunidad a Terrenal.

No fue de inmediato. Guardé el podcast en Spotify y le di muchas largas antes de decidirme a escuchar el primer episodio y, aun así, esto fue también muy accidental. Sucede que me compré unos audífonos nuevos que prometían excelente calidad de audio y, en el afán de probarlos, marqué en Spotify lo primero que encontré y se escuchó un episodio de Terrenal. No quise saltar a probar con una canción o algo diferente y dejé que corrieran los primeros minutos.

La historia desde entonces es más o menos predecible a este punto: no paré de escucharlos y se han convertido en mi acompañamiento favorito. De hecho, uso la palabra adrede, puesto que mi abuela solía repetir constantemente que la radio le hacía compañía, y esta versión moderna de la radio, claramente, cumple esa función… cuando está bien hecho el programa, claro.

Terrenal

Dicho todo lo anterior, Terrenal no es precisamente un podcast ligero o fácil. Y asumo acá una posición radical y quizás poco empática, pero afirmo que es posición y no postureo: los ejercicios intelectuales complejos son los que más se disfrutan; dicho de otro modo, hacer cualquier tipo de contenido intelectual, no importa el formato, tendrá éxito en la complejidad. Hasta el episodio más ligero o sencillo de Terrenal puede ser un desafío en términos de pensamiento. Los temas de Terrenal son en su mayoría —aunque no taxativamente— sobre filosofía, filosofía política y filosofía económica, asuntos densos de difícil abordaje. Para hablar del último chisme de Hollywood en TikTok no hace falta mucha pericia y basta con dominar un par de tópicos, pero para hablar de Adam Smith sin navegar en pantanos de dogmas y confusión ideológica, hace falta tener justamente las cabezas de Mejía y Caro. Cuentan con rigor y estructura, muy relevantes para este caso. Por supuesto que se nota, sin que lo digan, la preparación previa de cada tema, y se agradece. Y, para sumarle a todo lo bueno, los hosts se las arreglan para romper de cuando en cuando con la seriedad del asunto para que uno se ría; a mí al menos me han sacado buenas carcajadas.

También han tenido invitados buenísimos, conversaciones difíciles, series de episodios espectaculares como los de Hannah Arendt, que están conducidos con profundo respeto por quienes los escuchan, sin asumir que del otro lado hay un filósofo experto, sino un oyente interesado, curioso, pero también capaz de escalar esas alturas. Tienen ponderación para tratar los temas. Confieso que tenía algunas reservas para escuchar los episodios sobre Milton Friedman, porque no quería encontrarme con las mismas críticas anodinas que escucho y leo constantemente —sobre todo en Chile—, pero agradecí profundamente la sensatez con la que me encontré.

Aún mantengo mi postura frente a los podcasts y todavía no me animo a escuchar otro, pero recomiendo a todos los que puedo Terrenal. Quizás el único fallo que les puedo enrostrar —pero esto se puede arreglar fácilmente en el futuro— es que aún no tengan un episodio con mi buen amigo Nicolás Ordóñez Reyes. Lo digo por ambiciosa, claro, porque todavía y siempre me quiero divertir un poco más.

Nota:

Si quieren escuchar Terrenal, pueden hacerlo AQUÍ

Atemporal lo encuentran AQUÍ.

3 comentarios

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¡Ya lo tienen! El episodio 14 «Jamming filosófico desde Panamá» con el profesor Juan Fernando Mejía está dedicado casi en su totalidad a Nicolás Gómez Dávila. ¡Muy bueno!
Gracias, por comentar.

Completamente de acuerdo con tus comentarios Laurita. Yo seguía Terrenal y llegué a Atemporal cuando Andrés Mejía recomendó las entrevistas que hizo Andrés Acevedo a Humberto de La Calle, y desde entonces lo escucho. Muy buenos los dos.

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